JOAQUÍN BARÓN

Ayer y Hoy. El laberinto del tiempo,  

Ayer y Hoy. El laberinto del tiempo / 06 abril - 09 septiembre, 2017. Descargar Catálogo

Se mira el paso del tiempo, desde la acotada perspectiva de una vida humana mortal, con muy diferentes visos y sentimientos. En la niñez y en la adolescencia, hay una vivencia del tiempo como algo aplomado por la ilusionada impaciencia de que ocurran cosas. Pero desde que éstas empiezan a ocurrir, cada vez con un ritmo progresivamente más vertiginoso, se tiene la sensación de que el tiempo vuela y se nos escapa sin habernos dado ninguna oportunidad de cumplir con nuestros sueños. No es así, pues, extraño, al alcanzar la madurez, el apetecer retornar al comienzo de nuestras vidas, buscando una segunda oportunidad “resabiada”; esto es: que ese regreso a la infancia se hiciera sin olvidar todo lo aprendido a lo largo del transcurso de nuestra vida, como si esa experiencia acumulada pudiera reorientar mejor el curso de nuestra existencia, sin percatarnos de que esa sabiduría tramposa o entrampada no nos produciría otra cosa que un insoportable aburrimiento. Porque es, en efecto, insufrible vivir cuando sabemos de antemano lo que nos va a pasar. En este sentido, hay que reconocer, como lo señalaron precisamente los pensadores existencialistas, que el fundamento de la vida humana es el absurdo.

Etimológicamente, el término absurdo es un derivado del latino “surdus”, que originalmente significaba algo así como la impasibilidad de quien habla a una pared, la incomunicación verbal. Las artes plásticas eran, según los clásicos, una “poesía muda”, pero esta acción paradójica no agota su limitación, sino en la naturaleza indescifrable de las que consideramos artísticas. Es lo que le llevó a Ortega y Gasset a definir la pintura como un conjunto de “Signos evidentes con significados recónditos”. Hay algo, por tanto, en el arte que indefectiblemente se nos escapa, como tampoco alcanzamos jamás del todo el sentido de la vida misma. La interrogación artística nos deja en vilo. Nos emplaza en la dimensión inquisitiva de una explotación. El hallazgo de una búsqueda sin desmayo. La caída en el tiempo. Como afirmó Simone Weil, “todos los problemas remiten al tiempo”. Leer más

Ayer y Hoy. El laberinto del tiempo por Francisco Calvo Serraller

Mi viaje favorito,  mixta sobre lienzo, 165 x 130 cm, 1992